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lunes, 11 de enero de 2016

CAPÍTULO 28: LA CIUDAD IMPERIAL

ETAPA 28: PRAGA-VIENA

Distancia total ruta: 440 kms
Tiempo total: 6 horas

Ciudades visitadas: 4
Paradas: 3
Consumo medio:  5,48 l/100
Vino di Vino
En el corazón de centroeuropa, en la capital de bohemia, Praga, comenzamos bien temprano nuestra etapa con un claro objetivo, conocer al máximo esta gran ciudad hasta la hora de check-out de nuestra estancia. Ayer por desgracia, se nos hizo muy tarde por culpa de nuestro "queridísimo" GPS, así que hoy toca gincana por las calles de Praga, sabemos de sobra que no podremos verlo todo, pero al menos espero que podamos ver lo más importante de esta bella ciudad.

Nuestro primer destino, va a ser sin duda el reloj astronómico de Praga, situado en una de las alas del Ayuntamiento de la ciudad y que data del Siglo XV. Una de sus principales atracciones turísticas de la ciudad, del país y que además de dar la hora, informa de la posición relativa de astros como el sol y la luna. Además de eso, cuenta con unas figuras animadas que a cada hora en punto desfilan por la parte superior del reloj en lo que se conoce como el "Paseo de los Apóstoles".

Ponemos rumbo al centro, suponiendo que el ayuntamiento este en el centro de esta ciudad, algo caótica a primera hora de la mañana y que empieza, poco a poco, a poblarse de turistas. Sin embargo, eso no es problema para orientarnos, esta claro que no es igual orientarse por la mañana que por la noche, Praga está bien señalizada, así que seguimos el rumbo hacía el "centrum" de la ciudad, a partir de allí buscaremos el reloj astronómico. La única dificultad por la que estoy pasando, es a la hora de maniobrar la moto entre calles empedradas, surcadas por railes de tranvía y atestadas de coches, menos mal que la educación checa es notablemente mayor que la de las repúblicas ex-soviéticas. Pasadas unas cuantas glorietas aparco cercano al comienzo de un puente, el cuál atravesamos a pie a toda prisa, no es para menos, ya que están a punto de ser las 08:00 y de perdernos el paseo de los apóstoles tendremos que esperar toda una hora para disfrutar de ellos.


A los pocos minutos, llegamos callejeando entre las angostas calles del casco viejo o como también se conoce Stare Mesto. La plaza donde se ubica el ayuntamiento y el reloj astronómico esta rodeada de edificios históricos y está entre los más bellos espacios públicos de toda Europa, sin duda su fama no es inmerecida. Pasamos por delante de la Iglesia de San Nicolas y casi sobre la bocina llegamos al reloj astronómico, la emoción nos invade están a punto de dar las 08:00.



Tras la decepción, anunciada por unas risas de unos locales, caminamos por la empedrada plaza de la capital de bohemia y nos encontramos con una curiosa línea meridiana que divide la plaza en dos. Se halla en el suelo de la plaza entre la Iglesia de Tyn y el Reloj Astronómico. En el extremo tiene una placa de metal con una inscripción en latín y en checo. En latín es:
Línea meridiana Praga
"MERIDIANUS QUO OLIM TEMPUS PRAGENSE DIRIGEBATUR"
Como no se que es, la curiosidad me lleva a preguntarle a una chica que caminaba por allí camara en mano. Según me cuenta:
Al final de la Guerra de los Treinta Años, con la Paz de Westfalia en 1648, los gobernadores austriacos construyeron allí una Columna Mariana dedicada a la Inmaculada Concepción para agradecer a la Virgen la victoria sobre los rebeldes checos y la llegada de la paz. Columnas de este tipo han sido comunes en Europa y se levantaban habitualmente para festejar el final de algún desastre. Pues bien, la lí­nea del meridiano formaba un conjunto con la columna, de manera que cuando la sombra de ésta coincidí­a con la línea metálica del suelo era el mediodí­a solar. En 1918, con la desaparición del Imperio Austro-húngaro de los Habsburgo y la creación de la Republica de Checoslovaquia, la columna fue derribada al ser considerada un sí­mbolo de la opresión sufrida por Bohemia bajo el poder austriaco. Hoy sólo queda la lí­nea metálica y la dirección de su placa, que indica el norte.

Sin movernos de la plaza podemos deleitarnos con la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia de nuestra señora de Tyn, esta última es el máximo exponente del estilo gótico en Praga, coronada por sendas torres de 80 metros de altura.

La capital checa está siendo, desde luego, una caja de sorpresas para los sentidos, una ciudad llena de historias que contar a quien sepa escuchar su susurro. Evidentemente, un susurro acallado por la creciente masa de turistas que poco a poco se van acercando a los lugares más emblemáticos de la ciudad llenando sus calles. A nosotros, dicho aluvión nos pilla de vuelta a nuestra moto, pero antes, guiados por nuestro espíritu aventurero decidimos dar una vuelta más por la bella Praga. Callejeando entre sus interminables y estrechas calles vamos a dar con alguno de los más importantes reclamos turísticos de la ciudad:
Casa Municipal Praga
Casa Municipal: Muy cerca de la Torre de la Pólvora, es uno de las más destacados edificios Art Noveau de la ciudad. Se encuentra en el antiguo emplazamiento de la Corte Real, entre el Staré Mesto con la Malá Strana. En su interior se encuentra la Sala de Conciertos de Praga, además de Salas de Conferencias, cafetería, restaurante, etc. Como dato curioso, en este edificio se proclamó la independencia de Checoslovaquia en 1918. A mi mente viene un dato a colación con el tema de la independencia de Checoslovaquia. Y es que el país se independizó del Imperio Austrohungaro en ese fecha, pero ¿Como fue la separación entre Chequia y Eslovaquia?

Resulta que la antigua Checoslovaquia fue dividida el 1 Enero de 1993 en lo que llegó a llamarse "El Divorcio de Terciopelo" ya que se completó sin violencia y de mutuo acuerdo entre las dos grandes regiones del antiguo país: Moravia y Bohemia. Digamos que todo fue dividido a media, se estableció nueva frontera, se cambió la moneda y los fondos de Checoslovaquia, etc. Fue una decisión puramente política, sobretodo acuciada por los acontecimientos de la caída del muro de Berlín en 1989 y de la disolución de la URSS en 1991. Un proceso similar pero, por desgracia, cargado de violencia, fue lo que originó la disolución de la antigua Yugoslavia y las guerras que le siguieron.

- Rafa, ¿se puede saber que te pasa? - me dice M Carmen rescatándome de mi abstracción
- Perdona estaba pensando en mis cosas
Sin duda, mi novia me levantó a tiempo para admirar un impresionante edificio que se atrevía a hacer sombra a nuestro caminar:
Torre de la Polvora
Torre de la Pólvora: Llamada también Prasna Brana, y es una ennegrecida torre gótica localizada en la frontera de la Ciudad Vieja, es uno de los simbolos de Praga. En un primer momento, el ignoto turista podría pensar que el edicio esta así por la contaminación o un incendio, pero todo tiene una explicación. La torre fue construida en 1475 como una de las 13 puertas de la muralla que daba acceso a la ciudad. En 1541 la asoló un incendio, pero fue reconstruida al poco tiempo. Durante el Siglo XVII, la torre se usó como almacen de pólvora, de ahí le vino su nombre y el característico color negro que la cubre. Esta torre sirve de preludio para otra de las enseñas de Praga.

Puente de Carlos: No se puede haber estado en Praga sin pasear por este famoso puente. El monumento más famoso de la capital checa que comunica la Ciudad Vieja (Staré Mesto) con la Ciudad Pequeña (Malá Strana) tiene 500 metros de largo y 10 de ancho. En su momento, tuvo 4 carriles para el paso de carruajes. Actualmente, por fortuna, es peatonal. El puente recibe su nombre de Carlos IV que pusó su primera piedra en 1357 de su construcción, la cual sustituía al antiguo puente de Judit, destruído en una inundación. Terminó su construcción hacía el siglo XV. Según recorremos el puente podemos observar como a ambos lados se disponen bares de copas para un break en el camino de los turistas, y cosas tan curiosas como un museo de efectos especiales de cine. Mi interés se despierta inmediatamente, ávido por conocer los secretos de tan insigne museo. Sin embargo, termino desistiendo dado el poco tiempo de que disponemos para ver la ciudad, antes de irnos a Kutna Hora, lugar donde veremos los huesos que no vimos en el día de ayer. Pasear por este puente es pasear por la historia de Praga y de la República Checa, a lo largo de él se disponen 30 estatuas que han sido testigos del devenir de la gente de más de 3 siglos. La primera de ellas fue puesta en 1683 en honor de San Juan de Nepomuceno y se encuentra situada justo donde cuenta la historia que Juan fue tirado al río en 1393 por orden del Rey Wenceslao IV. Según la leyenda si se pide un deseo posando la mano izquierda sobre la estatua, este se cumplirá. La verdad es que no creo mucho en estas cosas, pero supongo que, aunque, por ahora, la fortuna nos acompaña en nuestra aventura de dar la Vuelta a Europa en Moto nunca viene mal nada mal algo de ayuda extra. Yo por supuesto pido por un pronto regreso a España, país del que estamos cada día más cerca. Y aunque siempre es bonito volver a casa, siento pena por lo poco que queda para que esta aventura termine.




Vivan los novios!
También este puente sirve para que las parejas se hagan la sesión de fotos previas a la boda, como el que vemos de esta pareja china. Bueno, no es tiempo de lamentos, es tiempo de disfrutar lo que el tiempo cronológico nos permita de Praga porque el clima, desde que abandonamos la península escandinava, se ha vuelto estupendo. Los días soleados y cálidos se han vuelto una constante en nuestro viaje, haciendo caer en el olvido las duras jornadas bajo la incesante lluvia danesa o noruega y han relegado a nuestros trajes de agua a los más profundo de nuestro equipaje, para nuestra fortuna.

Parece mentira pero, en un abrir y cerrar de ojos hemos recorrido el centro y quizá lo más importante de Praga. Por supuesto, la capital checa merece algo más de tiempo para admirar todas sus virtudes, sin embargo, la falta de tiempo nos hace desistir de ello, una pena, por que sin duda Praga lo merecía. En el horizonte nos espera un nuevo país, Austria y otra capital de igual o superior belleza a Praga, Viena, la ciudad imperial. Una profunda tristeza invade mi corazón mientras circulo por la caótico tráfico de la capital, pronto abandonaremos esta ciudad. No lo entiendo, debería estar acostumbrado, la lista de ciudades que nos han impresionado es larguísima y sin duda Praga ocupará un lugar de honor, al menos nos hemos deslumbrado de su belleza dándonos una excusa para volver en avión, como los viajeros más convencionales, cuando esta aventura concluya.

Como compensación nos damos un paseo por el Malá Strana, sin complicarnos demasiado, vaya que nos perdamos y no encontremos la salida hacia Kutna Hora y después hacia Austria. A lo lejos observo una construcción que me parece familiar.
- M Carmen, mira allí - le digo a una concentrada navegante que trata de buscar una salida de Praga hacia Kutna Hora
- ¿Que ocurre? - pregunta ella sobresaltada
- ¿A que te recuerda eso de ahí? - le pregunto a ella sin salir de mi sorpresa ante lo que veo
- No puede ser, ¿La Torre Eiffel? - dice con gran asombro
- Vamos a llegar hasta allí, a ver lo que es.

Efectivamente, no estamos alucinando, ni hemos viajado de forma instantánea a la capital francesa. Resulta que en Praga a una replica de la Torre Eiffel de Paris de unos 60 metros de altura. Evidentemente, a lo lejos parece una copia calcada a la obra de Eiffel, pero más de cerca se asemeja a una versión reducida y resumida de la famosa torre parisina. Es más pequeña y como si le hubiera quitado una sección. Aún así es una curiosidad más de la capital checa que no podíamos dejar pasar.

La Torre Petrin, que es como se llama realmente esta construcción, es el mirador más alto de la ciudad de Praga, se encuentra a 60 metros de altura y a unos 200 metros sobre el río Moldova si tenemos en cuenta que se haya sobre una colina en uno de los parques más grandes de la ciudad. Nosotros no subimos hasta el mirador que se encuentra a unos 51 metros, preferimos la Torre Eiffel original, pero si hacemos un pequeño break paseando por sus bellos jardines, antes de emprender el viaje hasta Viena. Resulta que esta torre fue construida en 1891 por unos checos que quedaron impresionados al ver la Torre Eiffel en la Exposición Universal de 1889, bello homenaje, sin duda a una de las construcciones emblemáticas de Francia, Europa y de la Humanidad, que además es el monumento más visitado en el mundo. Tras el break es hora de marcha con destino a Kutna Hora, primero y Austria después.

Gracias a mi navegante, encontramos la salida de Praga de forma sencilla, asombroso, desde luego, a M Carmen se le da mejor el día que la noche para orientarse en ciudad desconocida. Deshacemos rápidamente, y sin pérdida el camino del día anterior para llegar a la Catedral de los Huesos, que esta vez, por fortuna, si está abierta, llegando a eso del mediodía, al barrio de Sedlec de la localidad. Al entrar nos ofrecen la entrada a la iglesia, por unos 8€ aproximadamente, veremos la Catedral de los Huesos, pero existen otros paquetes más amplios para visitar la Catedral de la Ciudad y un castillo, sin duda, para el visitante que disponga de más tiempo.

Estoy seguro de que Kutna Hora ofrece muchas cosas a parte de lo que vamos a visitar, no en vano Kutna Hora, es una ciudad medieval declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, pero la falta de tiempo, convierte nuestra visita un relámpago. Desde que vi la Vuelta al Mundo de Ewan McGregor y Charlie Boorman siempre tuve muchas ganas de visitar este sitio, al entrar en esta pequeña iglesia de este pequeño pueblo checo, me siento por un momento en conexión que estos dos viajeros, inspiración innegable para esta locura que estoy llevando a cabo por el viejo continente. Pero, ¿Que tiene de especial la Catedral de los Huesos de Kutna Hora?creo que la mejor manera de explicarlo es con este video.





Resulta que en el siglo XIV, el abad de Sedlec se le ocurrió viajar a Israel y traer tierra del Golgota, que es el monte donde crucificaron a Jesucristo, para esparcirla en el cementerio aledaño a este. En aquella época hubo muchas víctimas por la peste negra, y supongo que este abad con este acto buscaba purificar la tierra. La noticia corrió como la pólvora por los mentideros del pueblo, haciendo que el camposanto se hiciera muy popular y que los fieles de la época quisieran enterrar allí a sus muertos. Poco a poco, la capacidad del cementerio se vio desbordada ante la demanda, llegando a acumular grandes cantidades de huesos en el osario situado en la parte inferior de la pequeña capilla que se construyó tiempo después.

Los huesos, más de 40000, estuvieron apilados en el osario hasta 1870, fecha en la que un carpintero checo llamado Frantisek Rint se le ocurrió hacer, por encargo de la pudiente familia Schwarzenberg, elementos decorativos con los mismos. Como resultado tenemos una obra creativa de refinado gusto o todo lo contrario, según se vea. Todo, absolutamente todo, esta decorado con huesos, desde la entrada, pilares, el escudo de arma de la familia Schwarzenberg hasta una lampara de araña de huesos, situado en el centro de la capilla que constituyen el summun de la Catedral de los Huesos. Lógicamente, el edificio esta algo más lleno de lo que recuerdo en el video Long Way Round de mis aventureros favoritos, pero es que es Ewan McGregor, ¿no? Aún así nos hacemos hueco para tomar algunas instantáneas.
Cementerio de la Catedral de los Huesos
Al terminar la visita, me da la impresión de que la Catedral de los Huesos es tan sólo la guinda de un dulce pastel de sorpresas que ofrece Kutna Hora, el principio de un periplo por la historia Medieval de la República Checa. De hecho, al entrar en la Catedral de los Huesos ya tenemos la sensación de comenzar ese viaje, un viaje que por desgracia tendremos que dejar inconcluso muy a nuestro pesar. Pero a pesar, de ello, estoy contento por completar uno de las cosas que tenía más ganas de visitar en esta aventura. Por un momento, me he sentido como si viajará con Ewan y Charlie rumbo a Rusia, he sentido la misma admiración que sintieron ellos al visitar este remoto e ignoto lugar y me voy con la satisfacción de ir aprendiendo más y más cosas a cada km. Creo que es de lo que se trata este aventura, de descubrir el mundo, de descubrirse a si mismo y de descubrir una forma diferente de viajar.

Al salir de la Catedral de los Huesos y del cementerio que le rodea nos disponemos a salir de la moto rumbo a Austria.

- Bueno, próximo destino Austria - le digo a M Carmen emocionado tras la visita
- Nooooo, Rafa, y ¿Eslovaquia donde te la dejas? - me responde
-¡Por Dios! casi se me olvida, tenemos que visitar Bratislava y luego recorrer 80 kms hasta Viena, sin duda son las dos capitales más cercanas de Europa.
- Rafa, pues yo no puedo más estoy cansada, necesito un respiro - me dice mientras que casi se desploma por el hastío.

Inmediatamente, me intereso por ella e intento animarla, sin embargo, esta vez me es imposible conseguirlo. Por primera vez, desde que empezó esta aventura, M Carmen (siempre tan positiva y fuerte) se ha venido abajo de moral completamente, sin causa justificada aparente, esta cansada, destruida ante la gran cantidad de kms que llevamos encima. Hasta ahora las crisis que habíamos tenido en esta aventura siempre venían por algo y siempre, juntos, encontrábamos la manera de superarlo. Sin embargo, esta vez es diferente, sin motivo aparente la moral de M Carmen se ha desplomado hasta límites insospechadamente bajos, hasta el punto de cuestionarse este viaje y lo que representa. Aunque al principio algo contrariado por el retraso, me tomo un tiempo para comprarle un poco de agua, ponernos a la sombra y hablar de lo ocurrido, de relajarnos un poco. Sin duda, han sido muchas fronteras, kms, países, gentes, carreteras, pérdidas, etc. eso puede con la moral de cualquiera. Esta claro que en esta aventura hay que ser fuerte mentalmente para acometer todos los kms que nos esperan. No se, quizá le estoy exigiendo demasiado, y eso me tiene ciertamente preocupado. Tras unos minutos de pausa obligada, juntos nos ponemos en marcha hasta Bratislava, dejando Kutna Hora atrás, aunque no mi preocupación por el bajón de M Carmen, ¿Seremos capaces de concluir Euro-Diversion 2013?¿Que nos esperará?

Comenzamos por la E-65 rumbo al Este con destino intermedio en Brno, la segunda ciudad en importancia de la República Checa. Durante el camino, M Carmen está increíblemente callada, hasta el punto de que no me guía, ni me advierte de lo que pasa detrás nuestra, está como ausente. Por primera vez me siento sólo en el discurrir de esta aventura. Continuo mi camino camara en mano, intentando retratar en video la esencia de Chequia, un país de las largas planicies, de largar carreteras y verdes prados. No obstante, las largas rectas no invitan a correr por sus carreteras, por todas las poblaciones por las que pasamos nos encontramos con numerosos cruces en forma de "x" únicamente regulados por STOP. Algo un poco peligroso, teniendo en cuenta que si hay alguien que se lo salta no hay arcenes, ni lugar donde escapar del impacto, encima la falta de carriles de aceleración hace que la gente salga muy lenta del STOP y tenga que forzar la maquina para ir a velocidad adecuada, los coches por estos lares son antiguos y eso puede representar un problema para estas cosas. Habrá que tener cuidado.

Tras 153 kms llegamos Brno, una gran urbe que rodeamos para luego repostar en una gasolinera cercana, para afrontar con garantías el paso a Eslovaquia, la otra parte de Checoslovaquia, una gran desconocida desde que se separo de la República Checa en 1993, decimoquinto país y decimocuarta frontera de Euro-Diversion 2013. A los 70 kms aproximadamente, cruzamos a Eslovaquia por la población de Brodské, siguiendo por la E-65, rumbo al sur. La verdad es que no se observan grandes cambios al cambiar de país, parece que seguimos en la República Checa, grandes prados con carreteras largas, bien asfaltadas hasta donde alcanza la vista, poblaciones pequeñas y tráfico pesado recorren las arterias de Eslovaquia. Aunque los malditos y peligrosos cruces siguen presentes al pasar por cada pueblo de este nuevo país.

- Rafa, ten cuidado, a ver si alguien se salta el STOP y nos lo comemos - me advierte mi novia por el intercomunicador.
Por Eslovaquia
Tras unos 75 kms de travesía por las casi inhóspitas tierras eslovacas llegamos a Bratislava, capital de Eslovaquia, coqueteando con la hora de almorzar. Lo cierto es que en lo poco que hemos recorrido del país nos ha gustado tanto como la República Checa, son países muy parecidos en cuanto a paisajes y solo se observan cambios en cuanto al idioma y las matrículas de los coches. En estos kms por tierras checas y eslovacas hemos tenido tiempo para abstraernos y reflexionar sobre lo que esta suponiendo esta aventura para nosotros. M Carmen parece algo más animada y ya habla un poco para indicarme el rumbo, al menos, yo por mi parte, cada vez estoy más satisfecho de haber iniciado esta bella locura de dar la vuelta a Europa en moto. No sólo por el reto personal que representa, sino por la oportunidad de ver distintas regiones y ciudades de nuestro continente, todas tan diferentes pero bellas a la vez. Ignoro cuando volveré a Eslovaquia, Finlandia, Letonia, etc, pero lo que si se es que estos momentos en moto, con el viento golpeándome en la cara serán difícilmente repetibles. Estos breves instantes, son los que hacen que todos los sinsabores previos valgan la pena, y aunque, a veces las fuerzas flojean y la morriña achucha es importante centrarse y disfrutar de todo lo que los países que hemos atravesado tienen que enseñarnos, que es mucho.
Por eso, con ánimos renovados, aunque no con mucho tiempo, por la presión incesante del tiempo, nos disponemos ha visitar el centro de la ciudad para ver las atracciones turísticas más importantes.

Castillo de Bratislava: Es el monumento más representativo de la capital eslovaca, se encuentra rodeado, en parte por una muralla en lo alto de una colina a orillas del río Danubio. Fue construido en el Siglo X como entramado defensivo de la ciudad que se incorporó en el siglo siguiente al Reino de Hungría. Tuvo varias remodelaciones hasta el Siglo XVIII en el que se hizo la última y ha llegado hasta nuestros días. En la época de Napoleón sufrió un gran incendio que casi lo destruye, se inicia así una época de casi abandono y ruina hasta que en 1950 se inicia la reconstrucción y recuperación del mismo. En su interior, se exhiben varias colecciones del Museo Nacional y del Museo de Historia de Eslovaquia. Según me comentan los lugareños, en un día soleado, como el de hoy es posible divisar Hungría, sin embargo, mi vista no alcanza a atisbar ningún país nuevo en el horizonte.

La decepción de no haber divisado tierra húngara nos da hambre, así que dejamos el castillo atrás y nos dirigimos al Stare Mesto de Bratislava. Se acerca la hora de comer y va siendo hora de reponer fuerzas y de paso moral para afrontar los escasos 80 kms que nos separan de Viena. M Carmen se muestra más animada desde su bajón a Kutna Hora así que decido hacer un break y degustar algo de la gastronomía local acompañado de una cerveza (algo q a ella le chifla) en uno de los restaurantes más conocidos de la capital eslovaca: Slovak Pub, situado en la calle muy cerca de la Universidad Técnica de Bratislava y enfrente de una sinagoga, por la que pasamos antes de llegar.

Nada más entrar vemos la barra típica de un pub, pero nosotros estamos buscamos un lugar donde sentarnos, relajarnos, comer, charlar sobre lo acontecido en la etapa que no ha sido poco, y de paso probar la gastronomía.
- Rafa, ¿Como estará la cerveza? 
- No lo se M Carmen, arriesgate 
- Bueno, ¿Y de comer? - pregunta ella
- Vamos a preguntar a camarero sobre los platos más típicos de Eslovaquia, ¿Te parece?
- OK

Al llegar el camarero nos recomienda el Pirohy y Halusky, dos tipos de pasta parecida a los gnocchi italianos muy típicos no sólo de Eslovaquia sino de más países del Este como Hungría, Polonia y Ucrania. Desde luego, que se parecen a los gnocchi porque llenan una barbaridad, no nos quedaron ganas de repetir, pero si de repetir la bebida. En el caso de M Carmen cerveza eslovaca, obviamente, en el mío, Coca-Cola. Durante los minutos que siguen hablamos, como no, de lo ocurrido en Polonia, con nuestra cámara y si será verdad que nos la mandarán, también hablamos de la calidez del pueblo checo y polaco muy en contraste con la frialdad de los países de las antiguas repúblicas de la URSS, estado de las carreteras en esta parte del continente, etc. Pero lo que más me preocupa es el estado de animo de mi navegante.

- Bueno, M Carmen, ahora que estamos más tranquilos, ¿Qué te pasó en Kutna Hora?
- No lo se, de pronto me dio un bajón y me dieron muchas ganas de volver a casa con mi familia. Casi llevamos un mes de aventura. Llevamos muchos kms encima.
- Es verdad, casi 12000 kms, pero bueno ya queda poco, para volver a España. Aunque no tengo especiales ganas la verdad. Pero antetodo lo que no quiero que esto para ti sea un sufrimiento, una tortura. - le confieso.
- Yo tampoco, esta siendo un viaje estupendo, pero a veces me entra una morriña tremenda. Pero no te preocupes estoy, empezamos este viaje juntos y lo terminaremos juntos. - sentencia M Carmen.
- De eso estoy seguro y de que nuestra moto nos llevará a casa sin problemas.
- Si no se ha roto con lo que le ha pasado ya, ya no se romperá con nada. - me dice ella entre risas.
Decidimos bajar un poco la comida paseando por el centro histórico de la capital eslovaca.

No obstante, el tamaño de la ciudad de Bratislava la hacen perfecta para conocer a pie en muy poco tiempo, justo lo que tenemos nosotros. Por toda la ciudad surgen pequeñas callejuelas que dan a otras más grandes y se vuelve a perder. Son calles antiguas, clásicas, algunas de suelo empedrado y otras algo más remodeladas. Muchas son estrechas y otras muy anchas. Pero con ellas se mezclan las modernas calles y avenidas, con los tranvías pasando junto a los coches. Por las calles hay infinidad de estatuas pintorescas, como un fotógrafo, un obrero mirón, un niño jugando...Cada una de ellas es como una obra de arte, con sus edificios únicos y de diferentes colores. Eso si, es de necios esperar en Bratislava calles majestuosas y recargadas, no. En la capital eslovaca lo que se descubre son lugares que nunca imaginarías encontrar en una ciudad tan desconocida como Bratislava. Pasajes bellos que merece la pena recorrer mirando con detenimiento para ver que se esconde en cada uno de ellos, porque, de verdad, en gran cantidad de calles hay algo que se escapa a los ojos y que merece una mirada más detenida.

Tras el relajante paseo cogemos nuestro Falco Stradale y ponemos rumbo hacia Viena. Afortunadamente, Bratislava está muy bien indicada y no cuesta mucho salir de las fauces de la urbe. Lo hacemos por uno de los puentes más famosos y peculiares que hay sobre el Danubio: El Puente Nuevo o Novy Most. Este es el nombre que se le ha dado oficiosamente, porque oficialmente su nombre es el Puente SNP (Siglas del Movimiento Nacional Eslovaco) construido entre 1967 y 1972 cuenta con una longuitud de 431 metros de largo y 21 de ancho. Pero lo más peculiar no es que carezca de pilares sino que en lo alto de la columna, de donde penden los cables, a unos 80 metros de altura, hay un disco en forma de platillo volante. Se trata de un restaurante giratorio desde el cual se puede tener las mejores vistas de la ciudad. Por supuesto esa exclusividad habrá que pagarla y será cara, pero nosotros hemos disfrutado del ambiente más cercano, familiar y asequible al bolsillo del Slovak Pub.
En la frontera Austriaca
Tras quedarnos maravillados con el OVNI de Bratislava, remontamos el Danubio y ponemos rumbo a Viena por la A-6. Casi instantaneamente nos damos de bruces con la frontera austriaca y cruzamos a un nuevo país en Euro-Diversion 2013, no en vano Viena y Bratislava son las capitales europeas más cercanas entre si, tan sólo las separan 80 kms. Nada más pasar hay multitud de indicaciones sobre la compra de una viñeta o pegatina. En Austria, y otros países de la UE como Eslovenia, es obligatorio comprar esta pegatina para poder circular por las carreteras del país, es como una especie de peaje anticipado con la particularidad de que lo puedes comprar por días, semanas o meses, se compra una sola vez. Las autoridades austriacas, sin duda, son magnánimas con las motos, la viñeta cuesta 5€ y habilita para conducir por el país durante 10 días, de sobra para
Austria
nuestra aventura. A media tarde, y tras cambiar de la carretera A-6 a la E-60 austriaca en la localidad de Parndorf, siempre paralelos al curso del Danubio, llegamos a Viena, capital de Austria y antaño capital del Imperio Austrohúngaro. Una de las ciudad más bellas, por las que estoy seguro pasaremos, un verdadero centro cultural que rebosa majestuosidad y pompa allá donde mires, meca de la música desde la época de Mozart hasta el Siglo XIX, referencia de la filosofía y psicología durante el Siglo XX.

Pero no es hora de abstraerse en las lindezas de Viena, entrados ya en la urbe, M Carmen coge su móvil y nuevamente vuelve a poner en marcha el GPS con la dirección de nuestro hotel que le dí previamente en Bratislava. Espero que la dichosa bolita no haga de las suyas, porque estamos los dos bastante cansados, después de atravesar fugaz e intensamente tres países en una jornada. He perdido la cuenta pero me parece que esta es la tercera vez que lo hacemos en Euro-Diversion 2013.

Tras unos momentos de tensión, conseguimos llegar a nuestro hotel sin problemas, parece que M Carmen le está pillando el tranquillo a esto de orientarse con el móvil. En un primer momento, el hotel tiene un aspecto muy señorial, al menos exteriormente, sin más rodeos, aparcamos sobre la acera, pero una señora mayor que nos ve nos corrige amablemente para pongamos la moto en el mismo sitio que los vehículos, en la calzada. Antes de hacerle caso, mi navegante y yo descargamos juntos la moto y yo, me encargo de ponerla en un parking cercano enfrente del hotel. M Carmen pasa a recepción con nuestras cosas.
A mi llegada, tras aparcar la moto, me encuentro a M Carmen esperándome algo cohibida ante las preguntas de la recepcionista. Evidentemente, no sabe ingles, pero todo se soluciona con mi presencia para hacer el check-in. Mientras estoy hablando con la recepcionista, mi novia me interrumpe para pedirle que le diga a la chica si nos puede dar un plano de la ciudad de Viena con los sitios más importantes para ver.

- Pero ¿Como?¿Sois de España? - pregunta la recepcionista
- Siiii, y tu ¿Como es que hablas tan bien español? - le preguntamos los dos al unísono
- Pues, es que estuve de intercambio en la Universidad en Valencia y luego estuve trabajando en un Hotel de Alicante.
- ¡Que bien! - exclama M Carmen - Dime - ¿Te gustó?
- Me encanto -responde ella entusiasmada
En ese instante, el ambiente, quizá algo tenso por la falta de entendimiento se vuelve más relajado. Nuestra recepcionista, que se llama Sonia, tiene la amabilidad de darnos una habitación en la primera planta del hotel, para ahorrarnos subir escaleras con la pesada carga. Aún así el camino hacia la habitación va a ser más largo que una expedición por el Tibet, porque para llegar al ascensor hay que hacer una especie gymkana, a través de un comedor atestado de comensales jubilados, la sala de internet con un ordenador, y un patio interior enorme, para llegar finalmente llegamos a la habitación. Una vez puestos más cómodos, y con el mapa en la mano prestos a salir decido tomarme unos minutos de relax tumbado en la cama.
- Rafa, ¿Que haces? - pregunta M Carmen airada
- Déjame descansar 30 minutos mientras veo La Teoría del Bing Bang
- ¡Ay Dios! hasta en Austria tengo que soportar tus series - dice mientras se tumba a mi lado

La verdad es que apenas dijimos palabras tras eso, sólo un inmutable silencio roto por las conversaciones de una de mis series favoritas. Desde luego, Sheldon y Penny suenan más graciosos en español, porque en austriaco parecen sosos, menos mal que las risas enlatadas te avisan cuando tienes que reirte. Esos minutos mirando la caja boba me devolvieron a la comodidad del hogar y creo que nos ayudaron un poco a sentirnos más cerca de casa. Tras el break, y rozando la hora de cenar, es hora de salir a descubrir la capital austriaca. Como hoy ha sido una etapa algo dura, decido recompensar a mi novia con una cena en un restaurante típico de la ciudad, recomendado por Sonia, cercano al hotel para subir la moral, que falta nos hace.
Cenando en Viena
Al sentarnos a la mesa nuevamente, nos sentimos un poco perdidos sobre lo que pedir, toda la carta está en alemán. Por fortuna un comensal sentado a nuestra espalda nos aconseja goulash un delicioso plato de salchicha bratwurst con una salsa roja que tiene una pinta estupenda. Es la versión austriaca de un plato de origen húngaro, no como estará la versión más tradicional, pero me encanta la adaptación vienesa del goulash. M Carmen decide decir adiós a la dieta espartana de semanas anteriores, y pide lo mismo, aderezado con una cerveza de un color rubio turbio, que resulta ser de maíz. Todo muy del gusto de M Carmen que saborea su cerveza orgullosa, como si fuera la primera que hubiera probado en su vida.
Degustando una cerveza austriaca
Mientras estamos pidiendo la cuenta en la lejanía vemos a un grupo de 5 chavales, bebiendo unas litronas y estallando una de ellas contra el suelo. Todo el mundo en el hotel se mira perplejo, de pronto se confirma mis presagios, unos de ellos grita a los cuatro vientos: "¡¡Puta Viena!!". ¡Vaya tela! pienso.
- Siempre los españoles dando la nota - decimos los dos al unísono.
- Pero que todos no somos iguales, ¿eh? - exclama M Carmen a todo el mundo, mientras yo se lo traduzco al gentío, los cuales reaccionan con una simpática sonrisa.

Tras la cena, con la moral alta y con la noche cerniéndose sobre nosotros nos lanzamos a descubrir lo que podamos de Viena. Pero por desgracia, se nos ha hecho demasiado tarde y no se nos da demasiado bien orientarnos en la noche vienesa, así que nos quitamos la capa de stress y nos ponemos a caminar para bajar la cena, sin mucho criterio la verdad, pero es bonito dar un paseo por una ciudad desconocida intentando captar su latir, su esencia. De esta forma, intento que M Carmen se sienta más cómoda, menos presionada y que vuelva a recuperar la ilusión por la aventura.

Mapa en mano, M Carmen nos guía con soltura por las calles de capital, pero llega un momento en que no sabemos donde estamos, nos hemos perdido, y no hay bolita a quien echarle la culpa. Menos mal, que pasaban por allí dos chicas que muy amablemente, nos marcan nuestra ruta de regreso al hotel. De vuelta al Hotel nos encontramos con estas extrañas pinturas en el suelo, no parece hecho con tiza, pero el viaje a la infancia resulta instantáneo. También llama mi atención el hecho de que a unas horas que rozan la medianoche haya lavanderías abiertas las 24 horas. Me cuesta encontrar en mi mente, el haber visto una de estas en España, y más que sea 24 horas, Austria is different - pienso, mientras completo mis últimos pasos hacia el hotel. Sin duda en los momentos en los que no te sale nada lo mejor que puedes hacer es regresar sobre tus pasos para descansar y replantearte el siguiente paso y eso es precisamente lo que haremos. Mañana será otro día, un intenso día, en el que descubriremos los matices que hacen de Viena (La ciudad de la Emperatriz Sisi o de Mozart) una de las ciudades más bonitas de Europa.

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